¿Qué es un smartphone modular y por qué se habló tanto de ellos?
Hace unos años, la idea de poder cambiar tú mismo la cámara, la batería o incluso la pantalla de tu móvil parecía una auténtica revolución. Los smartphones modulares prometían acabar con la obsolescencia programada y abrir una nueva era de personalización.
Proyectos como Google Project Ara, el LG G5 o los primeros modelos de Fairphone llamaron la atención del público, pero no lograron consolidarse. Las razones fueron varias: precios altos, poca compatibilidad entre módulos, diseños poco atractivos y una industria más centrada en lanzar nuevos modelos cada año que en alargar la vida útil de los existentes.
Durante un tiempo, la idea quedó en el olvido… hasta ahora.
¿Por qué vuelven a estar sobre la mesa en 2025?
El contexto tecnológico y social de 2025 es muy distinto. Hoy, la sostenibilidad y el derecho a reparar son temas clave. La Unión Europea impulsa regulaciones que obligan a los fabricantes a ofrecer repuestos, instrucciones y soporte técnico durante más años.
Además, el avance de los materiales y la miniaturización han hecho posible crear teléfonos modulares más finos, resistentes y eficientes. Marcas como Fairphone 5 o Framework demuestran que es viable fabricar dispositivos potentes, bonitos y fáciles de reparar.
Y no solo hablamos de ecología: también de economía. Cambiar un módulo de batería o cámara cuesta mucho menos que comprar un teléfono nuevo, algo que los consumidores valoran cada vez más.
Ventajas y desventajas de los móviles modulares
Ventajas
- Reparación sencilla y rápida: sustituir un módulo dañado es más barato y accesible.
- Mayor durabilidad: los usuarios pueden mantener su dispositivo durante muchos más años.
- Sostenibilidad real: se reducen los residuos electrónicos y la necesidad de fabricar nuevos componentes.
- Personalización: cada usuario adapta el móvil a sus necesidades (más memoria, mejor cámara, mayor autonomía…).
Desventajas
- Diseño menos compacto: los módulos ocupan más espacio.
- Posibles incompatibilidades: no todos los fabricantes siguen el mismo estándar.
- Precio inicial algo más alto, aunque se amortiza a largo plazo.
- Mercado limitado: todavía es un segmento pequeño y experimental.
¿Podrían convertirse en el futuro de la telefonía móvil?
Todo apunta a que sí, al menos para un tipo concreto de usuario. No parece que vayan a sustituir a los móviles tradicionales, pero sí pueden ganar terreno entre quienes valoran la sostenibilidad y la durabilidad.
El futuro podría estar en una combinación de ambos mundos: smartphones elegantes, potentes y al mismo tiempo fáciles de reparar o mejorar por partes.
Y si la tendencia sigue creciendo, no sería raro ver a grandes marcas explorando esta filosofía de diseño en los próximos años.
Conclusión
Los smartphones modulares fueron una idea adelantada a su tiempo. Hoy, con un mercado más consciente del impacto ambiental y una tecnología más madura, podrían tener su segunda oportunidad.
En un mundo donde lo “nuevo” se vuelve antiguo en cuestión de meses, recuperar la posibilidad de mejorar y reparar lo que ya tenemos puede ser la innovación más inteligente de todas.
Porque, al fin y al cabo, la verdadera evolución tecnológica no siempre consiste en cambiar de móvil, sino en aprender a hacerlo durar más.